¿Ha notado una hinchazón persistente debajo de los ojos, justo encima de los pómulos, que no desaparece a pesar del reposo o los tratamientos habituales? Es posible que se trate de lo que se conoce como bolsas malares. A menudo se confunden con las ojeras o bolsas bajo los ojos, pero son bastante diferentes y, a veces, más persistentes.
¿Qué son las bolsas malares?
Las bolsas malares son hinchazones localizadas que aparecen en la parte superior de los pómulos, justo debajo de las ojeras y, a menudo, hacia el ángulo externo del ojo. No están causadas por grasa o exceso de piel, como en el caso de las clásicas bolsas bajo los ojos, sino por un edema o retención de líquido linfático en una zona sensible del rostro.
Esta zona, rica en vasos linfáticos, es especialmente sensible a las variaciones de la circulación, la retención de líquidos y ciertas inflamaciones crónicas.
¿Cuál es la diferencia con otros tipos de hinchazón?
Es fácil confundir estos tres tipos, ya que todos aparecen en la misma zona de la cara. Sin embargo, sus causas y localizaciones son muy distintas:
Tipo de bolsa | Localización | Causa principal |
Bolsas bajo los ojos | Bajo el párpado inferior | Grasa, piel flácida |
Ojeras | Bajo el ojo (color oscuro) | Fatiga, piel fina, genética |
Bolsas malares | Sobre los pómulos | Edema, retención de líquidos, problemas linfáticos |
Las bolsas malares suelen ser más visibles en posición erguida y pueden desaparecer temporalmente al tumbarse.
¿Cómo reconocer las bolsas malares?
Las bolsas malares son una hinchazón firme bajo los ojos, que a menudo es simétrica, y que da al rostro un aspecto cansado o «hinchado». A diferencia de las bolsas grasas, son menos móviles y no responden a los tratamientos convencionales, como las cremas o los masajes suaves.
Estos son los signos típicos a los que hay que prestar atención:
- Hinchazón localizada por encima de los pómulos, que no es dolorosa pero sí antiestética.
- Un aspecto abultado o hinchado en el tercio medio de la cara, a menudo visible al despertarse.
- Sensación de tensión o pesadez, sin mejoría apreciable a pesar del reposo.
- Resistencia a los tratamientos convencionales, lo que puede resultar frustrante a la hora de tratarlas en casa.
¿Por qué aparecen las bolsas malares?
Las bolsas malares no están relacionadas con un exceso de grasa o una simple falta de sueño. Su aparición suele deberse a una combinación de factores genéticos, fisiológicos y de estilo de vida. He aquí las principales causas:
Factores genéticos
Algunas personas están predispuestas a desarrollar bolsas malares, a veces a partir de los veinte años. A menudo es una cuestión de morfología y de función linfática hereditaria.
Envejecimiento de la piel
Con la edad, la piel y los tejidos profundos pierden elasticidad y tonicidad. El sistema linfático pierde entonces eficacia, lo que favorece la retención de líquidos en dicha zona.
Retención de agua
Una dieta demasiado rica en sal, una mala hidratación o la falta de actividad física pueden ralentizar la eliminación de líquidos. La zona malar, ya de por sí sensible, se convierte entonces en un punto de estancamiento.
Alergias o sinusitis crónica
La inflamación nasal repetida (rinitis, congestión nasal, senos bloqueados) puede provocar congestión en la zona de los pómulos, sobre todo por la presión sobre los canales linfáticos y venosos.
Fatiga, alcohol, tabaco
Un estilo de vida desequilibrado tiene un impacto directo en la calidad de los tejidos y la microcirculación. La fatiga crónica, el consumo de alcohol y el tabaquismo favorecen la inflamación y la mala eliminación de líquidos.
Soluciones naturales y medidas preventivas
Si las bolsas malares siguen siendo moderadas, algunos gestos cotidianos pueden ayudar a limitar su progresión:
- Mantener una hidratación adecuada para favorecer un buen drenaje.
- Limitar el consumo de sal, ya que favorece la retención de líquidos.
- Dormir bien: procure dormir en una buena posición, con la cabeza ligeramente elevada.
- Drenaje linfático suave: algunos masajes manuales específicos pueden mejorar la circulación local.
- Por la mañana, puede aplicar compresas frías o roll-ons refrescantes para estimular la microcirculación.
Estos gestos pueden reducir ligeramente la aparición de bolsas malares, pero en general no bastan para hacerlas desaparecer si llevan ahí mucho tiempo.
Tratamientos no quirúrgicos
Estas soluciones están especialmente indicadas para las hinchazones moderadas o iniciales, sobre todo cuando se deben a una retención de líquidos o a un ligero aflojamiento de los tejidos.
Drenaje linfático médico
El drenaje linfático médico, ya sea manual o asistido por tecnologías como las microcorrientes, estimula la circulación linfática y ayuda a reducir la acumulación de líquidos. Este tratamiento proporciona un alivio rápido, especialmente cuando se realiza de forma regular, y es ideal para las bolsas causadas por el estancamiento linfático.
Radiofrecuencia o láser suave
La radiofrecuencia o los láseres suaves también son opciones interesantes. Estas tecnologías no invasivas calientan los tejidos en profundidad, estimulan la microcirculación y reafirman la piel. El resultado es una zona más tonificada y menos hinchada, y los resultados mejoran con cada sesión.
Mesoterapia o potenciadores cutáneos
La mesoterapia o potenciadores cutáneos actúan más en superficie, mediante microinyecciones de activos hidratantes o vasoprotectores, como el ácido hialurónico fluido, la vitamina C o los péptidos. Estas sustancias mejoran la textura de la piel, refuerzan los capilares frágiles y limitan la aparición de edemas.
Ácido hialurónico (inyecciones estratégicas)
En algunos casos, el objetivo no es eliminar la bolsa, sino armonizar los volúmenes. Al inyectar ácido hialurónico en zonas adyacentes, como el lagrimal o los pómulos, se suavizan los contrastes y la bolsa se hace mucho menos visible.
Ultrasonidos focalizados (HIFU)
Los ultrasonidos focalizados (HIFU) son una alternativa innovadora. Gracias a su acción profunda, tensan los tejidos flácidos y ofrecen un efecto lifting gradual. Al no necesitar agujas ni cirugía, son ideales para las personas que buscan una solución suave pero eficaz para la flacidez de la piel infraorbitaria.
Tratamiento quirúrgico de las bolsas malares
Cuando las bolsas malares son muy visibles o no responden a los enfoques no invasivos, la cirugía puede ofrecer una solución duradera y eficaz. En estos casos, la blefaroplastia inferior suele ser la opción preferida, sobre todo cuando se combina con un lifting del tercio medio facial, también conocido como lifting malar.
Esta combinación no solo elimina las bolsas persistentes, sino que también devuelve la tensión a los tejidos caídos, lo que da como resultado un aspecto más joven y descansado. El lifting malar actúa sobre el pómulo y el valle lagrimal, lo que también mejora el equilibrio general del rostro.
Antes de cualquier intervención, es fundamental realizar un diagnóstico preciso. El cirujano estético o el oftalmólogo especialista deben evaluar el origen exacto de la hinchazón para determinar si se trata de flacidez cutánea, depósitos grasos o un componente vascular. Esta evaluación permitirá elegir la técnica más adecuada teniendo en cuenta las expectativas estéticas, la edad y la calidad de la piel.
En casos complejos, pueden prescribirse pruebas complementarias, como una resonancia magnética o un TAC, para descartar la existencia de otras patologías subyacentes.
¿Cuándo se debe consultar a un especialista en Turquía?
En algunos casos, las bolsas malares pueden reducirse con cambios en el estilo de vida o tratamientos específicos. Pero cuando se vuelven demasiado visibles, persistentes o suponen una molestia en la vida cotidiana, puede ser aconsejable consultar a un profesional.
Si la hinchazón persiste a pesar del reposo, una buena hidratación o la aplicación de productos estándar para el cuidado de la piel, o si empieza a causarle molestias, se recomienda encarecidamente consultar a un especialista. Una consulta le permitirá conocer el diagnóstico preciso: ¿se trata de una bolsa malar o de otro tipo de hinchazón? ¿Está relacionada con la retención de líquidos, la flacidez de la piel o se debe a un problema más profundo, como un trastorno linfático o circulatorio?
Más allá del aspecto estético, algunas bolsas pueden revelar una disfunción subyacente. Por eso, solo un profesional experto (médico estético, cirujano plástico o oftalmólogo) puede evaluar la situación y ofrecerle un tratamiento personalizado. También podrá orientarle hacia tratamientos adaptados a su morfología, al origen del problema y a sus expectativas, ya sean de índole médica, estética o quirúrgica.