¿Has imaginado alguna vez que tu cuerpo puede convertirse en el campo de batalla de una guerra microscópica? Invasores invisibles, más pequeños que una mota de polvo, pueden infiltrarse en ti y desencadenar alteraciones a veces violentas. Estos minúsculos saboteadores, llamados agentes infecciosos, como virus o bacterias, se multiplican a una velocidad vertiginosa, desviando los recursos de tu organismo en su beneficio y provocándote enfermedades.