El ictus es una enfermedad grave que se produce cuando una interrupción del flujo sanguíneo al cerebro priva a las células cerebrales de oxígeno y nutrientes.
Las secuelas de un ictus suelen requerir rehabilitación intensiva para ayudar a los pacientes a recuperar el uso de su cuerpo y superar los déficits funcionales. El tratamiento médico precoz y las intervenciones de rehabilitación especializadas pueden desempeñar un papel crucial en la recuperación y mejora de la calidad de vida tras un ictus.